Barcelona 1992

Barcelona 92: el gran impulso para nuestra gimnasia

Barcelona 1992Hoy quiero recordar, en estos difíciles tiempos gimnásticos que corren para nosotros, una competición a la que guardo un cariño especial. Una competición que, además, es de las dos o tres más importantes de toda la historia de la gimnasia mundial, por diversos motivos. Me refiero a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, los primeros y únicos hasta el momento celebrados en España; el campeonato que cambió definitivamente el rumbo de la gimnasia nacional.

Ahora bien, estos grandes recuerdos a nivel particular no se deben solamente a todo esto que acabo de comentar. El torneo olímpico barcelonés fue el que me enganchó a este bello deporte, para lo que, sin duda, contribuyeron las grandes gimnastas que allí se dieron cita, así como nuestra querida Paloma del Río y Pepe Novillo en la narración y comentarios para TVE.

Fue un campeonato excepcional, de un nivel excelente y que, además, diversificó sus premios en la categoría femenina de manera importante. La Unión Soviética se había disgregado definitivamente a finales de 1991, pero hasta después de Barcelona todas sus gimnastas siguieron compitiendo en el mismo bando, al que pusieron el nombre de Equipo Unificado. Es decir, en esencia, pese al cambio de denominación, el equipo seguía siendo el de la gran URSS.

A pesar de todo, las unificadas no fueron las grandes acaparadoras de medallas en la categoría femenina, como antaño lo era la URSS. Cierto es que arrasaron en la competición por equipos y ganaron la individual con la ucraniana Tatiana Gutsu –incluyendo toda la polémica interna con Rosa Galiyeva de por medio-, pero en las finales por aparatos la rumana Lavinia Milosovici, la china Li Lu (ambas con sendos dieces, en suelo y asimétricas respectivamente, los últimos dieces que se han visto en una gran competición) y la húngara Henrietta Onodi (compartiendo el triunfo en salto con Milosovici) les arrebataron tres de los cuatro oros en disputa, dejándoles solamente el de la barra (Tatiana Lyssenko). Además, la estadounidense Shannon Miller –la gran baza del equipo americano en detrimento del nuevo producto de Bela Karoly, Kim Zmeskal– se quedó únicamente a 12 milésimas de arrebatarle a Gutsu el oro en la final múltiple individual. Fue ésta también la última intentona en serio de conseguir el título de otra de las grandes campeonas, Svetlana Boguinskaya.

Pero entre todas aquellas “saltimbanquis” –lo que en principio me parecían- destacaba un grupito que competía con los colores de la bandera nacional. Yo no lo sabía por entonces, pero esas niñas formaban lo que era el primer gran equipo en la historia de la gimnasia femenina española. Ellas eran Eva Rueda, Alicia Fernández, Cristina Fraguas, Sonia Fraguas, Ruth Rollán, Silvia Martínez y Elena Romero, esta última como suplente; mientras que los “capitanes” del barco eran los ya míticos Jesús “Fillo” Carballo, Almudena Sanjosé y Lucía Guisado. Ya se había retirado el gran icono de nuestra gimnasia en los 80, Laura Muñoz; y aquella que le tomó el relevo, Eva Rueda –bronce en salto en los Europeos de 1990- nos estaba ofreciendo sus últimas actuaciones. El resto, salvo Alicia Fernández, eran gimnastas muy jóvenes, entre los 14 y los 16 años –la normativa sobre la edad mínima para competir era diferente a la actual-, con un gran presente y también un notable futuro por delante.

Ellas consiguieron, después de las dos jornadas de competición por equipos –ejercicios obligatorios y libres- el 5º puesto final, toda una hazaña sin precedentes. Las grandes actuaciones de nuestras gimnastas asombraron a los espectadores asistentes en el Palau Sant Jordi y, lo más importante, a las jueces. Tres de nuestras gimnastas, las hermanas Fraguas y Alicia Fernández, consiguieron plaza para la final individual –por entonces la de las 36 mejores-, mientras que, por primera vez, tuvimos representación en las finales por aparatos, a cargo de Eva Rueda en salto, y Cristina Fraguas en asimétricas.

En la final individual nuestras tres chicas tuvieron una gran actuación. También por primera vez una gimnasta española consiguió quedar entre las diez primeras. Dicho honor correspondió a la menor de las hermanas Fraguas, Sonia, con su noveno puesto, el cual solamente ha logrado superar con posterioridad Elena Gómez, en Atenas 2004. Cristina Fraguas –a quien las lesiones le dieron una tregua aquel año- fue de menos a más, y finalmente alcanzó el 13º puesto, un lugar que, en contra de lo que dicen las leyes de la superstición, no le supo a mal fario ni mucho menos. Cristina nos ofreció, como colofón a su actuación, uno de los ejercicios más emotivos de la final, el de suelo, por el que se llevó probablemente la mayor ovación de la noche. Mientras tanto, Alicia Fernández –que, como Eva Rueda, ponía punto y final- obtuvo un más que destacado –para lo que eran las previsiones- 20º lugar. Una excelente final, en conjunto.

http://www.youtube.com/watch?v=WQ_awAgwDgg http://www.youtube.com/watch?v=VGnUemJGjnU
http://www.youtube.com/watch?v=KrR-JUyjs58

La mayor de las Fraguas también brilló dos días más tarde, en la final de asimétricas. El 9,90 conseguido, no obstante, únicamente le sirvió para alcanzar el 7º puesto, dado que el nivel que alcanzó aquella final –y toda la competición en general, puesto que las 5-6 primeras clasificadas no bajaban de dicha nota- fue de sobresaliente. Antes, sin embargo, había sido el turno de Eva Rueda. La veterana del grupo se despidió de la gimnasia siendo la segunda en actuar en la final de salto. Sus dos saltos no fueron tan brillantes como el ejercicio de asimétricas de su compañera, pero el 9,787 obtenido le valió también para ser séptima, finalizando su carrera con un diploma olímpico, cronológicamente el segundo de un total de tres para el equipo español.

http://www.youtube.com/watch?v=6ZYCoBFFBkA http://www.youtube.com/watch?v=u-FQ9FmQky8

Desgraciadamente, ninguna de estas grandes gimnastas pudo sobrevivir deportivamente más allá de un par de años, aunque las que han venido tomando sucesivamente el relevo hasta 2006 lo han hecho igual de bien, o incluso mejor, como todos ya sabemos. No obstante, estas siete gimnastas permanecerán para siempre en la historia como aquellas que, por fin, colocaron a España en un lugar destacado en una gran competición mundial.

Fuente de datos: elaboración propia y también la página de Soledad Fernández.
Fuente de imágenes: Youtube.

3 comentarios

  1. Para mi esos años tienen un recuerdo especial. Compartia colegio con todas las gimnastas del equipo del 92 y con Elena Romero pude ir a clase. Entrenaban muy duro y muchas veces las veíaos muy a su pesar con escayolas, pero nunca se quejaron. A mi ya me pillo grandecita para practicar ese deporte (14/16 años) pero me dejo una huella muy profunda. Hoy soy madre de 2 niñas que empezaran a hacer ginmasia en un par de días. No para competir (son muy pequeñas) pero para que por lo menos vivan la magia de ese mundo un poquito, y quizas les enganche como me engancho a mí.

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